jueves, 31 de marzo de 2011

What do you do when you lose?

Empezar de nuevo es bajar un vaso y en el interior no ver nada,ni medio lleno ni medio vacio...nada
Empezar de cero es barajar otra vez con cartas nuevas y aceptar que la anterior estaba marcada.
Empezar de nuevo es nada, es nuevo, es sentir que a pesar de equivocarnos siempre hay tiempo para que la oscuridad se vaya.
Empezar de nuevo es escuchar los ecos del pasado, como pasado, replicas de las que nos alejamos, sórdidas ecuaciones que erramos, que desechamos.
No es estar vencido, es solo reconocer que el mapa era falso; que me vendieron algo en mal estado; que puedo verlo, que no me enoja afrontarlo; que darme cuenta que el pasado no es malo, es solo pasado y que los árboles plantados no darán frutos, y no sentarse a esperarlos.
Volver a un camino marcado por mi propia razón no es una cosa del pasado es una cuestión de matar presentes y asimilar un futuro a mi costado; mi costado emotivo no quiere morir y hace frente a la razón, hoy de mi lado; nada puede hacer ya el pobre desgraciado, no intuye que no es el primer presente que he asesinado, sin piedad, sin necesidad y sin testigos a mi lado.
EL_MSI~1
Quien me dio un minuto de soledad, de paz para pensar y hacer que mi razón tome el mando, y bajo la lluvia concluya que todo ha sido desmembrado, nunca ha tomado en cuenta que mi visión, a veces borrosa, se equivoca pero no demasiado; y en momentos de tranquilidad ve conciertos de realidad a los que mi antiguo yo estaba acostumbrado. Ver el pasado es ver el futuro cuando de matar al presente estamos hablando, y que mejor asesino que este infeliz adiestrado.
Mi norte es mi sur aunque suene distante y desolado, nada mas en contra de mi pasado, pobres los que no lo conocen nunca entenderán mi presente alienado y mi necesidad extrema apuntándome como un sicario; gritando fuerte, agitando mis velas para que encuentre lo que he abandonado.
Por eso hoy doy de nuevo. A quien le guste estará invitado, el que no acepte mis cartas también es bienvenido pero que sepa que no encuentra lo mismo si no me ha conocido en el pasado; que se prepare que la muerte ha llegado llena de vida para darme oportunidades que había olvidado.
Empezar de nuevo es bajar un vaso y en el interior no ver nada,ni medio lleno ni medio vacio...nada; es volver a nacer
                                                                               Dedicado a J M

lunes, 14 de marzo de 2011

El único ángel de Berlín que no sabe volar


Los ángeles volaban en Berlín y no pudiste ver como caías, como te desvanecías por tanta necesidad de efemérides discretas; no entendías, no entendiste, no entiendes.
Desvariar y enseñarte un camino no es una opción para aprender a volar, sobre todo cuando se estrenan alas. No pidas ayuda, no entenderías las instrucciones de vuelo.
El único ángel de Berlín que no sabe volar se paró delante de mis pupilas y no pude evitar enamorarme de él; fue una sensación de descripciones confusas que nunca podré entender, que siempre me seguirán para que el tormento nunca acabe y que de pronto se apoderará de mí por toda la eternidad.
Tanto cuesta enfrentar un ángel que no sabe que es un ángel porque no puede hacer lo que debe....volar; En esos momentos es cuando aprendemos que lo que vemos muchas veces no entiende ni lo que debe ser.
Berlín estaba fría pero a la descarada llena de plumas y deseos nada le importó, no reparó en mirarme e intentar salvar lo poco que quedaba de mi alma como si ese fuera su único motivo vital; no lo era. ¿Por qué no miraste hacia otra estatua aun me pregunto? y no puedo evitar contestarme...y no puedo evitar volver a preguntarme y hacer un circulo de vicios filosóficos sin finales ni comienzos que solamente destruyen esa realidad y coherencia que no comprendo como se desvanecen con tanta velocidad en mi cabeza, desolada por cierto.
Ese ángel sin nombre con alas sin usar que no sabe que Berlín es un lugar para mi frió interno en invierno y que no permite aprender a volar, nunca le servirá.Como lo sé, aún no lo entiendo pero lo siento, lo veo y lo presiento.
Una estatua que da victorias en una columna que no sabe ni donde está no es un hito que nos enseñe sobre nuestras necesidades de desplegar alas y alguna vez lo aprendí y no puedo recordar porque ni como. Ella me lo recuerda y no puedo ahora dejar de reparar en verla intentar aletear y no hacerlo, no soy el único que ha preferido estar mirando con retrovértigo.
Ya en la cima de la victoria podemos ver como las alas no sirven de nada si no podemos compartir este momento si no podemos avalanchar las posiciones vacías. El retrovértigo ahora es vértigo los miles de centímetros, la lejana visión de Berlín y el viento en la cima nos anticipa la altura.
Sin darme cuenta me abraza me dice: te amo y cae hacia ninguna victoria y no puedo evitar seguirla en este abismo de soledad de alturas, también te amo