Dos figuras que me muestran en el mar y que se desfiguran a sí mismas para dar paso a una cruel realidad de hombre mujer.
No se si la imagen es esa línea blanca o esas negras....y puta no hay un gris, solo esa nube que amenaza a irse del cuadro.
Tesa me dijo que eran dos enamorados, pero no lo creo, una de ellas me dijo que el otro era la maldad y lo afirmó en el momento preciso en el que de entre el saco la camisa y algo mas encontró un arma y le apunto a la otra y disparó sin mas memoria que la nada.
La arena mostro un tono rojizo y juro por dios que no es mi pluma sino su propia sangre...maldita sangre que ensucia esa arena perfecta que Barcelona aprecia tanto. Por que había que acabar esta historia de amor con sangre? serán mas perritos de lo que yo me imaginaba y me imagine, maldito Yorke que me das a pensar e imaginar, maldita arena, maldito mar.
Esa historia de amor tan perfecta me dice que no hay perfectos...que no hay nada. MMM, no, si hay, que no veamos bien no significan que no hay.
Ahora, Tesa, veo nuevamente la foto y veo a dos que se quieren en una tarde en el mar que solo esperan la noche para hacer de la próxima mañana...esa mañana que nunca olvidaremos ninguno porque los sobrepasará.
Pero maldito Yorke, Maldita arena y maldita foto que no me dejan pensar mas que en una solución o desilusión, no lo se...maldito todo; Maldito mar de quimeras que entorpece mis sentidos y los de él, que no piensa y decide matar.
Y la arena Roja, el mar rojo ; solo un cuerpo es testigo de que se internará en el mar a esperar esa linea blanca que nunca llegará, jamás.
Para Tesa y el nadador de níquel